Buenas!!
Casi no llego hoy a mi cita semanal con los tutoriales, pero aquí me tienes!
Hoy te presento un tutorial en el que puedes hacer un broche con diferentes texturas, y esto se consigue porque hemos añadido unos pequeños complementos para trabajar: la esponjilla y la arcilla líquida.
La arcilla líquida nos permite hornear partes de la pieza antes de terminar, haciendo posible el unir arcilla cruda con la cocida. De esta manera podemos afianzar algunas partes que son más delicadas, o aplicar efectos distintos una vez hecha la primera cocción. Y la esponjilla, que permite dar una textura a la pieza fácilmente, con lo que la hace más interesante y además permite disimular huellas e imperfecciones.
Puedes conseguir una esponjilla en cualquier tienda de mascotas, ya que son filtros de acuario, o también los hay como filtros de aire acondicionado. Si lo venden en bloques solamente tienes que cortarla con un cutter. Y la arcilla líquida en cualquier tienda que tenga arcilla polimérica. Esta arcilla líquida tiene muchísimos usos, y como todas las marcas, cada una tiene su particularidad y es más adecuada para cada trabajo. Pero en la función de pegamento nos sirve cualquiera de ellas. Más adelante veremos las posibilidades que tiene.
Esta forma de trabajar también nos permite asegurar la unión de la pieza de arcilla con la fornitura de metal, ya sea anillo, broche o pendiente. Los pegamentos y la arcilla no son muy buenos amigos, y una unión de este tipo siempre es una garantía de seguridad y el acabado gusta más que si se ve una trasera lisa con una base pegada con pegamento. Ya verás a la hora de enseñarla a cualquier persona, como cambia su percepción si mejoras el acabado de esta manera.
Espero que te guste este tutorial, y si te animas a hacer alguna pieza estaría encantadísima de verla.
¡Gracias!
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